CUANDO LA CREATIVIDAD SE DIVORCIA DE LAS NORMAS SOCIALES

By LPT - febrero 03, 2020


Lo primero que aprendemos desde pequeños es a incorporar normas que nos permitirán en el futuro vivir en sociedad con un determinado nivel de armonía. Las normas son positivas cuando nos ayudan a identificar el límite invisible entre los derechos y responsabilidades individuales frente a la transgresión que se origina cuando invadimos el "espacio del otro".
Las normas son buenas como límites protectores siempre que no se transformen en reglas rígidas que inhiban el aprendizaje creativo por medio del temor a desencajar en las estructuras sociales existentes. Porque los cambios disruptivos, que mejoran la calidad de vida de las personas, son todo menos rígidos.
Una interesante anécdota para entender mejor el peso de las normas sociales, es la que sucedió en la universidad de Cologne, en Estados Unidos. 
Cierta vez un profesor de física, había instalado un telescopio para que los alumnos pudieran ver el planeta y sus lunas.
El primer estudiante se aproximó al telescopio, miró a través de él, pero cuando el profesor le preguntó si podía ver algo el muchacho dijo que no, su debilidad visual impedía que lo hiciera; después el profesor le mostró cómo enfocar el telescopio y el estudiante por fin dijo que podía ver el planeta y sus lunas. Uno por uno los estudiantes se acercaron al telescopio y vieron lo que se suponía que debían ver. Finalmente el penúltimo estudiante miró por el telescopio y dijo que no podía ver nada.
-¡Torpe! -gritó el profesor- tienes que ajustar las lentes.
El joven intentó, pero finalmente dijo:
-Aun no puedo ver nada, todo está en negro.
El profesor disgustado, miró a través del telescopio y después levantó la vista con una expresión extraña, la cubierta de la lente aún se encontraba puesta, ¡ninguno de los estudiantes había visto algo! pero por temor a la desaprobación social, ninguno se atrevió a decir la verdad.

La creatividad y las normas sociales, no siempre se llevan bien. La creatividad necesita desafiar el modo de hacer las cosas, ya que lo nuevo debe exponer lo viejo para poder contrastarlo y actualizarlo. A lo largo del tiempo, el modo de enseñar, debe ser revisado ya que el aprendizaje instituido, genera un acostumbramiento estructurante en quienes lo han enseñado y aprendido durante años. Por eso, quienes por primera vez se enfrentan a un problema nuevo, pueden llegar ofrecer soluciones más creativas que las existentes.

Aun así, el primer obstáculo que debe superar todo aquel que desee ofrecer un aporte disruptivo a la sociedad, será vencer el temor que la desaprobación social provoca en los individuos.

Fotos: Getty Images.


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