En retrospectiva, al analizar los eventos que cambiaron nuestras vidas, debemos reconocer que solo un puñado de ellos resultó lo suficientemente sorpresivo como para obligarnos a asumir una posición o una dirección distinta a la acostumbrada. A ciencia cierta, el día día, ofrece un abanico de posibilidades que otorga cierta previsibilidad permitiéndonos anticipar un futuro posible. Si tomas en serio tu vida, y asumes con madurez la gran responsabilidad que implica el uso del libre albedrío, podrías llegar a diseñar la "arquitectura" que te permitirá saber donde podrías estar mañana, dentro de tres años o incluso en veinte.
Para entender mejor este asunto, he extraído una porción de un gran libro:

"Causa y efecto. 
Para cada efecto individual en tu vida, hay una causa o un grupo de causas. Si quieres producir un resultado especifico en tu vida, debes comenzar con el resultado y retroceder hasta identificar la causa. La aplicación mas importante de este principio es que tus pensamientos son causas y tus circunstancias son efectos. En otras palabras la causalidad es mental. Nada sucede por accidente. El hecho de que no se pueda determinar una causa, no significa que no exista una causa. Sin embargo muchas personas atribuyen los efectos en su vida -los resultados que alcanzan- a la buena o a la mala suerte. Hacen esto por una de estas tres razones: (1) si es mala suerte; para liberarse de un sentido de responsabilidad, porque eso desvía la atención de la causa real; (2) si es buena suerte, para aparecer como modesto o humilde; o (3) porque ignoran la verdadera causa"

Extracto del libro El éxito no es casualidad (Tommy Newberry)