¿POR QUE ALGUNAS PERSONAS SIENTEN TEMOR A TOMAR DECISIONES EN SU VIDA?
By LPT - abril 14, 2020
La primera emoción que suele aparecer cuando nos enfrentamos a una decisión importante es el miedo, el miedo a equivocarnos.
El miedo a tomar una decisión es la expresión de diferentes mecanismos psicológicos, por ejemplo: la intolerancia a las posibles consecuencias negativas de nuestras decisiones, la dificultad para renunciar a las opciones que no elegimos, estilos perfeccionistas y excesivamente autocríticos, con diálogos internos que tienden a enunciarse utilizando “debería” en vez de expresar nuestras decisiones como “me conviene”… En estas tendencias suelen estar muy presentes los auto reproches que van minando nuestra auto confianza y dificultando tomar nuevas decisiones.
La consecuencia de estos estilos, es una importante dificultad para tomar decisiones y para identificar aquellas que son importantes de las que no lo son.
El resultado es el bloqueo o la postergación crónica o procrastinación, en la toma de decisiones. Que hace que, o bien se paralicen decisiones que nos son importantes pero convendría tomarlas, o bien se precipite la toma de decisiones importantes, en las que se decide con rapidez y casi sin reflexión para evitar la angustia que produce afrontarlas.
4 PENSAMIENTOS Y EMOCIONES COMUNES, EN LAS PERSONAS CON DIFICULTAD EN TOMAR DECISIONES
1) Pensar que equivocarse en un fracaso irreparable, cuyas consecuencias podrían ser catastróficas e imposibles de modificar, convirtiéndose en un lastre permanente.
2) Creer que no se está a la altura y en consecuencia no poder soportar la responsabilidad. La percepción de capacidad se despliega mermada, y la valoración de la persona es de devaluación y excesiva autocrítica.
3) El miedo a verse expuesto ante los demás, que genera una visión de los otros como amenazas, y produce una elevada ansiedad anticipatoria frente a su juicio, que se predice negativo y devaluador.
4) Percepción de pérdida de control, que obliga a la persona a revisar recurrentemente cada paso que le ha llevado a decantarse por una alternativa. El elevado malestar, incluso la angustia y la ansiedad que produce, genera una necesidad compulsiva de confirmación anticipada de cada paso que se da.
Estos pensamientos y emociones pueden generar diferentes respuestas, o una combinación de ellas en distintas etapas del proceso:
•Un exceso de minuciosidad y perfeccionismo, tratando de anticiparse a todas las consecuencias, variables o posibles contingencias, hasta el extremo de hacer imposible la empresa de tomar una decisión.
•Postergar o procrastinar.
•Delegar las decisiones a otras personas creando relaciones poco saludables, de estilo dependiente o codependiente, que limitan el aprendizaje personal y por tanto la autonomía.
•Caer en la indolencia y el abandono, como respuesta evitativa frente al malestar que supone tomar decisiones. En este caso las decisiones se toman de forma impulsiva, bien por rechazo o bien por indefensión.
En cualquiera de los casos si hemos realizado un buen proceso en la toma de decisiones, sea cual sea el resultado, siempre supondrá un aprendizaje que nos ayudará a mejorar nuestra capacidad para seguir tomando futuras decisiones y avanzar hacia nuestras metas.
Fuente: www.areahumana.es
Un hombre entró en un local y vio a un señor en el mostrador. Maravillado con la belleza de el lugar, preguntó:
-Señor, que se vende aquí...???
-Los dones de Dios. Le respondió el señor.
-Cuánto cuestan? volvió a preguntar
-No cuestan nada...!!! Aquí todo es gratis...!!!
El hombre contempló el local y vio que habían jarros de amor, frascos de fe, paquetes de esperanza, cajitas de salvación, mucha sabiduría, fardos de perdón, paquetes grandes de paz y muchos otros dones.
El hombre, maravillado con todo aquello, pidió:
-Por favor, quiero el mayor jarro de amor, todos los jarros de perdón y un frasco grande de fe, para mí, mis amigos y familia.
Entonces, el señor preparó todo y le entregó un pequeño paquetito que cabía en la palma de su mano.
Incrédulo, el hombre dijo:
-Pero, cómo puede estar aquí todo lo que pedí...???
Sonriendo, el señor le respondió:
-En el Local de Dios no vendemos frutos! Sólo semillas...!!! Plántelas...!!!
Reflexión: nos toca a nosotros aprovechar creativamente este tiempo de gracia. Hay un tesoro de dones y talentos en nuestro interior que claman por expresarse. El mundo sabe que esta crisis pasará y cuando suceda, deberá encontrarnos mucho mejor preparados. El día tiene 1.440 minutos para todos los habitantes de la tierra. Aprovecha cada instante para vivirlo con propósito. Dale sentido a cada minuto que pasa.