23.05 pm (mensajes)

-"Feliz 2020, que todos tus deseos se cumplan"...

-"En este nuevo año, alcanza tus sueños"...

-"Siéntate, planea, lucha, ¡persigue tus metas!"

12.15 am (fotos)

-pequeñas familias alrededor de una pequeña mesa...

-grandes y lujosas mesas con sillas vacías a su alrededor..

Como cada año, los estados de whatsapp cuentan historias.

Pero este año, al igual que el anterior, no deja de llamarme la atención la foto grupal. Familias cada vez más reducidas y una gran cantidad de sillas vacías.

Pareciera ser que los mensajes se relacionan con las fotos.  

Es cierto que un mensaje de buen augurio no tiene nada de negativo. Un mensaje aislado no revela demasiado, pero la motivación escondida detrás de la totalidad de los mensajes que enviamos, no resulta tan inofensiva.

Todo el año "perseguimos nuestros sueños", todo el año "luchamos por alcanzar nuestras metas"...honestamente, durante todo el año nos preocupó tanto nuestra agenda que básicamente -todo el año- permanecimos centrados en nosotros mismos. Las relaciones humanas, los "otros" solo gravitan alrededor de nuestras prioridades.

Nuestros "estados" -a lo largo del año- lo confirman: no cesamos de subir compulsivamente arengas de autoayuda (del tipo " no claudiques, tu puedes"), frases motivacionales, o citas de terceros, en definitiva, palabras robadas que nos ayudan construir una imagen pública orientada a los "lectores de mis estados".

Pero cuando la vorágine de la jornada termina, cuando la máquina compulsiva de la tarea se apaga, cuando no tengo otra alternativamente que sopesar los actos que le dieron sentido al día (o no), una atmósfera de soledad sobreviene al descubrirme ensimismado, un día más, un mes más, un año más.

Conozco el correlato de vida de muchos de mis contactos, por lo tanto puedo asegurarte que existe una relación directa entre sus prioridades y las sillas vacías. Por eso escribo este mensaje con anticipación.

Queda casi un año antes de comenzar el 2021: no lo dejes pasar. Invierte tu tiempo en interesarte genuinamente por las personas porque en definitiva, son las relaciones significativas, las únicas portadoras del antídoto para salir del ensimismamiento.